Manifestantes acampan en el Ayuntamiento de València tras la marcha por la vivienda y la regulación del turismo

En València, miles de personas salieron a las calles para exigir vivienda digna y oponerse a la turistificación de la ciudad. Bajo el lema «València s’ofega» (València se ahoga), alrededor de 15.000 manifestantes, según la Delegación del Gobierno, recorrieron el centro de la ciudad en una marcha que rememora la histórica riada que inundó València en 1957, para denunciar la crisis actual de la vivienda y la creciente presión turística.

Al finalizar la protesta, unos 300 manifestantes, según medios locales, decidieron acampar frente al Ayuntamiento, declarando que si no tienen casa, «ocuparán la plaza». Estos acampados han organizado una asamblea abierta para debatir las próximas acciones y han solicitado apoyo de la comunidad, pidiendo comida y compañía para mantener la ocupación durante el día. Además, se han organizado actividades para visibilizar la causa, incluyendo la elaboración de pancartas.

Una Marcha Masiva con Múltiples Demandas

La marcha, organizada por diversas asociaciones vecinales, culturales y partidos políticos como el PSPV-PSOE, Compromís, CCOO PV y Sumar, se dividió en cuatro columnas que convergieron en las Torres de Serranos. Allí, los manifestantes desplegaron una pancarta gigante con el lema «por el derecho a un hogar» y una bandera palestina, que fueron retiradas por la Policía Nacional.

Entre las principales demandas de los manifestantes se encuentra la regulación de los precios de alquiler, la paralización de los desahucios, la creación de un parque de viviendas de protección oficial (VPO) y la prohibición de la venta de inmuebles residenciales a capital extranjero. También se pide la declaración de València como zona tensionada, lo que permitiría la aplicación de políticas más restrictivas en el mercado inmobiliario.

Contra la Turistificación y la Especulación

Un tema clave de la protesta fue la creciente turistificación de València, con la proliferación de apartamentos turísticos y el auge del sector hotelero. Los manifestantes exigen que se prohíban los apartamentos turísticos en áreas tensionadas y que se regule de manera estricta el negocio turístico. Critican la excesiva dependencia de la ciudad del turismo como motor económico y solicitan la reducción de la promoción de València como destino turístico, además de pedir el fin de la llegada masiva de cruceros y la expansión del puerto y aeropuerto.

Las pancartas en la manifestación reflejaban claramente estas inquietudes, con lemas como «la vivienda es un derecho», «València no está en venta», y «la banca al banquillo». Los asistentes hicieron sonar las llaves de sus casas al inicio de la marcha, simbolizando la lucha por el acceso a un hogar.

Presión a las Autoridades

Desde el PSPV-PSOE, se ha destacado la importancia de aplicar la Ley de la Vivienda en la Comunidad Valenciana para garantizar el acceso a viviendas para los jóvenes y las familias. Por su parte, la portavoz de Compromís en el Ayuntamiento, Papi Robles, instó al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, a declarar València como zona tensionada, aunque expresó su escepticismo sobre la posibilidad de que el gobierno lo haga, acusando a Mazón de estar «del lado de los especuladores».

Acampada y Fuerte Presencia Policial

A pesar de la tensión latente, la manifestación se desarrolló sin incidentes, aunque estuvo marcada por una alta presencia policial en todo el recorrido, desde las principales plazas del centro histórico hasta la Plaza del Ayuntamiento. Al final de la marcha, un grupo de manifestantes decidió quedarse y acampar frente al consistorio, con el objetivo de visibilizar su lucha de manera prolongada. Durante la acampada, los manifestantes han convocado a una asamblea abierta para decidir los próximos pasos y han pedido apoyo de la ciudadanía para mantener la ocupación de la plaza.

La protesta de este 19 de octubre marca un nuevo capítulo en la creciente movilización social de València, donde el derecho a la vivienda y la regulación del turismo se han convertido en temas centrales de debate público y político.

Fotografías por: Las Provincias